Robotín no puede hablar
Por eso al acercarte vas a encontrar a sus pies una nota, la cual nos revela todo: No solo los monos bailan por la plata y, al igual que ellos él deja la cantidad a consideración del público. ¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por un espectáculo de esta naturaleza? Él no posee el sex-appeal de aventura y tampoco puedes usarlo como antena si tu radio esta de necio y no te coge frecuencias pero es lo más cercano a Robocop que vamos a encontrar. Esto cuenta y mucho más si al igual que yo, ustedes tuvieron al hoy infame policía de héroe, y es que cuando ya usamos paños mayores nos avergonzamos de algunos de los héroes admirados en nuestros tiempos de menores. Pregunte un poco pero nadie sabe de Robotín fuera de su show en escena aunque no hay nada tras bastidores: el show es al aire libre.
Es a prueba de agua
El show continua y el tiempo imprudente no es obstáculo, pues el agua no afecta sus circuitos; ¿pero y si le cae un rayo? ¿Afectara su funcionamiento? ¿Tendrá algún dispositivo para transformarlo en energía a utilizar? Y si es el caso, ¿no deberíamos pedirle que done dicha carga eléctrica a la CDEEE? En toda forma algo nos queda claro: La lluvia no daña su fiesta. ¿Si fueras a entretener a los demás haciéndolas de personaje alguno, escogerías ser un robot? ¿Atenta esto tu ética y moral pues te consideras amante de la naturaleza? Pero si te conviertes en un Robotín, ¿serías más un terminator que un Robocop? Pedirías uno para tus hijos el próximo día de reyes ¿? No creo que un Robotín de carne y hueso pretendiendo ser de metal sea un regalo apropiado para una niña de 13 años.
En el conde se ven muchas cosas
Del la calle El Conde, su gente y entorno es lo que vamos dilucidar en cada entrega de este segmento dentro de tu metro blog Duarte 101, el blog de los dominicanos y su dominicanidad; esa que ha quedado patentada en nuestros genes, ese arquetipo cultural que nos ha forjado a todos durante estos quinientos años y pico. ¿Por qué El Conde? Quizá porque esta calle al ser la más vieja de todas es el más veraz testigo de cómo nos forjamos y hemos evolucionando. Y es que Robotín en sí, representa un elemento ajeno a nuestra cultura, ahora bien el joven que para ganarse la vida, recurrió a disfrazarse como tal, representa un palpable ejemplo del ingenio propio de los dominicanos, algo inherente a su dominicanidad.
Ecos de la zona ― http://cot.ag/bBJj7c ^RF