Diario de Leo y Margó [Página #5]

Querido diario… Hay una cosa que no soporto cuando asisto a algún evento político y es la multitud de personas reclamándome por las supuestas promesas que mi marido les hizo cuando estuvo en campaña. Que la beca de un hijo, que la terminación de una casa, que los útiles escolares. La semana pasada se me acercó una señora con un truño de to’ el largo a reclamarme porque en su cocina tenía la nevera vacía. Me dio tanto pique que no me aguanté, me arreglé el sombrero y le respondí: —Doña, lo que usted necesita no es un presidente, sino un marido, o por lo menos, un trabajo. A fin de cuentas, cuando Leo me estaba pretendiendo a mí también me ofreció villas y castillas, me ofreció tanto, que ni con los bonos soberanos podría honrar esas promesas. — Margó.