Se ha mencionado en ocasiones que lo necesario para el desarrollo de la nación es priorizar los esfuerzos en áreas como la educación. Aunque se han realizado estrategias en la última década para ello, seguimos en un bajo nivel —en comparación con el resto del continente—. A eso, la escritora Rosa Silverio enumera ciertos elementos por los cuales la nación se encuentra estancada: desde una ministerio de educación ineficiente hasta la actual política de Estado en torno a este sector.
Pero el problema va más allá de la infraestructura y de un desayuno escolar que es un fraude. Estamos hablando además de un sistema educativo atrasado, con muchas deficiencias, de profesores poco preparados, mal pagados y poco motivados; de un currículo educativo lleno de fisuras y tan pobre que nuestros estudiantes no están a la altura de los de otros países por lo que luego, cuando son profesionales, se encuentran con que no tienen las suficientes herramientas para competir en un mercado que cada día se vuelve más exigente.