Hace semanas, el tema de los vendedores ambulantes en las calles y esquinas de la ciudad de Santo Domingo cobró vida y muchos —incluyendo este blog— opinaron sobre qué medidas tomar al respecto. Las autoridades están manejando el caso sacándolos de las esquinas y desalojando el espacio que habían creado en pleno entorno público.
El proceso lo capté en vivo en las cercanías de Gazcue: una camioneta con militares —cual si fuese el aparataje de un operativo para buscar a un delincuente— llegaron al puesto de una señora que vendía dulces, jugos y cigarrillos. Los militares desarmaban el lugar y remozaban el espacio en cuestión de segundos y así hacían una ruta por toda la zona, encontrando a aquellos puestos.
¿Les parece excesivo? ¿Es una medida correcta de las autoridades «limpiar» las calles de esta forma? No parece coherente, ni mucho menos comprensible, disponerlos a éstos como si fuesen vándalos —es la primera impresión que uno siente al ver tal espectáculo callejero—. El Ayuntamiento debería fomentar el diálogo primero, en vez de las armas y la violencia.
El Ayuntamiento, vendedores ambulantes y aparataje militar: http://bit.ly/2CXkmr
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