¿Comó saber si eres dominicano de pura cepa?

Foto: Nuestra bandera es conocida como una de las banderas más bellas del mundo, en el centro de su escudo porta las Sagradas Escrituras y en el tope Dios, Patria y Libertad. Por eso es nuestra tierra una tierra santa y bendecida por Dios.

La tierra más bella

Miles son los dominicanos que han tratado de emigrar de esta tierra. Quisqueya la bella está repleta de este tipo de historias, las cuales por supuesto poco o nada tienen de alentadoras. Con su ausencia aquel que tomó una yola para zarpar del bote de este cigoto cual proyecto de nación deja tras sí el calor vernáculo de la tierra que le vio nacer, lleva tras sus espaldas el peso de la nostalgia pues aunque el sol brilla para todos en cualquier lugar, esos rayos que tocarán su piel, allá en Manhattan por alguna extraña razón no producirán en él, ese típico ardor propio de esta isla del Caribe. Mientras aquí, los que quedan van dando tumbos por las calles con su dominicanidad a rastros, unos van pitando, otros cual locomotoras en busca de su moro y es que cada dominicano cumple su odisea a pesar de que no conozca a donde rayos exactamente nos lleva el gobierno de turno. Aún así, las tantas aparentes desdichas, siento que ser dominicano es un logro pues aquí a diferencia de Suiza o Suecia las navajas se usan más para afeitar que para aumentar las tasas de suicidio.

No te pongas chivo con este pruebin

Bueno te tengo un breve examen para determinar si tu dominicanidad está al ciento por ciento. ¿Crees que a estas alturas ni Jack Veneno le daría lucha a los apagones? ¿Pones el candado después que te roban? ¿Ya ni te inmutas cada vez que aparece un nuevo escándalo de corrupción? ¿Sospechas que el vecino de al lado?, si, ¿el prestamista que se compro una hommer está metido en algún asunto no muy legal que digamos? ¿Siempre olvidas el natalicio del padre de la patria? ¿Saliste juyendo con lo del maremoto? ¿Prefieres plátano o mangú en vez de corn flakes? ¿No te sabes el himno completo? ¿Amas u odias el gobierno de la mañana? ¿Alguna vez en tu vida has jugado cero mata cero? ¿En verdad crees que el muerto con tierra tiene? ¿Si un chofer de carro público te hace una imprudencia, le recuerdas la madre que lo pario? ¿Te gustaría tener tu botellita del gobierno? ¿Carraspeas cuando te cobran el fiao? ¿Piensas que los Amet son los responsables de los tapones que se arman?

Dominicano deja el complejo

Si tu respuesta a todas estas preguntas es afirmativa, entonces felicidades pues eres un dominicano a carta cabal, la dominicanidad corre por tus venas como las olas hacia la orilla de la playa de boca chica o guibia. Claro que una o dos negativas serán pretexto para poner en duda tu nacionalidad aun podrás gritar fuera del país que te sientes orgulloso de serlo. Pues a pesar de todo cada uno de nosotros ha sembrado una historia a cosechar Made in Dominican Republic pues en el patio la dominicanidad se vive más natural. ¿Es así o no es así? Sentirte inferior a un alemán solo por su exótico color de piel es más delicado que complejo a la hora de explicarlo, ni que decir del mito del supuesto complejo de guacanagarix pues este célebre indio no fue más que un púgil oportunista como oportuno es hoy para sentir como respiras un aire cándido y etéreo, el mismo que te enfría el yaniqueque que te ajustas por la mañana junto al jugo de limón con avena, si tú, dominicano loco viejo que no hace caso al gastrónomo que te dice que esas tres cosas no se ligan y es que esa es tan solo una de las pocas tantas cosas a las que nos lleva nuestra dominicanidad. ¿A qué voy para New York? Yo me quedo aquí escribiendo para Duarte 101.