Caso Baninter: ¿End?

En la imágen: Ramón Báez Figueroa, el que ha estado en la mira de los medios, tomó su sentencia con tranquilidad. ©Yahoo/AP.

Un fraude bancario que superó los 74 mil millones de pesos, según las autoridades del Banco Central. Cinco años, un mes y 27 días de proceso judicial. Sentencia ratificada por la Suprema Corte de Justicia. Traslado de los condenados Ramón Báez Figueroa, Marcos Báez Cocco y Luis Álvarez Renta. La cuarta persona condenada, Vivian Lubrano de Castillo, recluida en una clínica por «ataque de pánico». ¿Fin?

Este caso de fraude bancario, considerado el «juicio del siglo», parece que llegó a su final. Y al igual que las películas, hemos visto salir el letrero de THE END para este proceso judicial. Sin embargo, aun persiste el temor de que el poder y las influencias permitan que las condenas impuestas contra los ex ejecutivos de Baninter y su asesor financiero sean cumplidas.

La excarcelación por razones de «salud delicada» de Lubrano de Castillo, situación de la que el director del Najayo Mujeres no ofreció mayores explicaciones, acrecienta esta desconfianza.

Importante señalar, además, que el hecho de que Vivian Lubrano de Castillo sólo permaneciera dos horas y media en el recinto carcelario y fuera trasladada a una clínica con un diagnostico de «pánico y ansiedad» sienta un precedente, que con posterioridad, puede ser reclamado como jurisprudencia por cualquier condenado a prisión.

No obstante, es innegable que, contrario a la costumbre, es de las pocas veces en que vemos a los «ladrones de cuello blanco» (a los que prefiero llamar sin los adjetivos de cuello y blanco) ser condenados y llevados a prisión.

La condena en el caso Baninter es un precedente positivo que aun se mantiene bajo la lupa, ya que cuando de dinero y poder están presentes -lamentablemente, la costumbre- el cumplimiento de la justicia se pone en duda.

Esperemos que esta excepción, en que la justicia es aplicada a los poderosos, no confirme la lamentable regla, ya que los ataques de «pánico y ansiedad» que padece toda la población desde el 2003 no han merecido ningún trato de especial atención.