Barrios SatéliteYo viví en un pueblo los primeros once años de mi vida y luego me mudé a Santo Domingo junto a mi familia. Cuando vuelvo al pueblo y a la a calle en que crecí, puedo ver algunos de los muchachos con que correteaba de niño. Los que no se mudaron para la capital están haciendo poca cosa: algunos compraron un motor y se pasan el día dando vueltas, otros pasan el tiempo en un colmadón bebiendo o jugando y otro grupo más pequeño se dedica a asuntos poco claros. En mi pueblo y estoy seguro de que en otros pueblos más, tienes dos opciones: o te mudas a la capital o te entregas a la vagancia. Es triste, pero real, nuestros pueblos, que en otro momento fueron lugares de gente productiva, se han convertido en centros de vagos, con un desempleo por las nubes y muchos vicios.

Orbitar en Santo Domingo

Así mismo, la capital se ha llenado de barrios satélite, lugares donde viene la gente del campo a vivir con la esperanza de buscársela en algo de lunes a viernes para regresar al campo a montar motor y vagar los fines de semana. Los barrios satélite se parecen mucho a las embajadas de la UASD, todos los del mismo pueblo viven relativamente juntos, comparten, se entretienen y se mantienen al tanto de lo que pasa en sus pueblos, son embajadas, pero no de estudio, sino de trabajo, funcionan como pequeños pueblitos, pero en la capital. La gente de pueblo que vive en un barrio satélite de Santo Domingo no tiene identidad con la capital y en algún sentido hasta la rechaza, no se siente capitaleña, sino que orbita alrededor de esta ciudad con la expectativa de levantar algunos pesos —aunque sea para el pasaje— y volver pronto a su punto de origen.

El viajante local

En cierto sentido, la realidad de quienes viven en un barrio satélite es similar a la de los dominicanos viajantes que viven en el exterior, pero a diferencia de estos, es una realidad desconocida. Se habla mucho de quienes no consiguieron algo qué hacer en su país para vivir dignamente, buscaron una visa, tomaron un avión y se mudaron al extranjero para buscársela haciendo cualquier cosa, pero a nivel local e interurbano sucede lo mismo y en la misma escala, la única diferencia es que no se toma un avión, sino una guagua. La gente del barrio satélite también es gente fajadora, sacrificada y valiente, pero no sale en la televisión ni se piensa mucho en ella. También tiene algo que vale mucho: identidad con sus lugares de origen, ellos aman a sus pueblos. Si se les crearan allá las necesarias estructuras productivas estoy seguro de que se involucrarían en ellas, las desarrollarían y cuidarían. Pienso que el futuro de nuestros pueblos está precisamente en llevar el barrio satélite de regreso a su lugar de origen.

Rafael PérezRafael Pérez (Editor Principal / Fundador de Duarte101)
Administrador de empresas especialista en Inteligencia de Negocios (Gestión + TI). Es conferencista en temas como la gestión de proyectos, liderazgo e iniciativas sociales. Rafael es el Fundador y Editor Principal de Duarte101, Director General de Invermedios (nuestra empresa gestora) y sirve como Pastor en la Comunidad Cristiana PezMundial.
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10 comentarios

  1. este articulo me gusto muchisimo, porque me senti identificado, yo como muchos coji una visa y vine a salir adelante en USA, dejando todo atras en mi pueblo satélite, me costó mucho trabajo salir de allí,pero ha valido la pena, aunque no e he olvidado de mi barrio, al contrario mejor invierto en el, apra que salga adelante….

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