Más abajo publicamos un escrito —con previa autorización— del usuario «Chuchero», del foro Skyscrapercity, quien nos presenta su experiencia al usar el Metro de Santo Domingo días atrás, transporte masivo de pasajeros, recién inaugurado por las autoridades. Es un artículo algo largo, pero vale la pena leerlo. Disfrútenlo.
Bueno, si lo que querían las autoridades de la OPRET era hacer una prueba a tope de la Línea 1 del Metro de Santo Domingo, lo lograron. La cantidad de personas que llevaban los trenes era sencillamente monstruosa, tanta gente que por poco desisto y no me subo, pero pudo más el deseo de pasar por la experiencia.
Inicié el recorrido en la estación de la avenida 27 de Febrero (Prof. Juan Bosch). Tenía curiosidad por entrar en esa estación que tantas veces he visto desde la calle; me sorprende que hayan utilizado mármol para las escaleras, se ve muy bonito, el mezzanine de esta estación es ligeramente más pequeño que el de La Feria (Centro de los Héroes) y el del Teatro Nacional, pero es muy amplio. Cuando tenga los locales comerciales habilitados se va a ver muy chula. La escultura de la «pistola musical» todavía no está completa, según vi falta ponerle en la base los números para que asemeje a un reloj.
Ya en el andén, había conmigo una gran cantidad de personas. Viene el primer tren, oh sorpresa esta lleno hasta la tambora, lo dejo pasar con la excusa de no meterme ahi a majar patas, aprovecho y sigo curioseando la estación: el control de los CESMET es realmente fuerte, no me dejan pasar para el área en donde pienso estará el tunel que conectará la Línea 3. La zona tiene unos diminutos huecos en las paredes que dan la idea que detras hay un espacio vacío. Hay puertas sin letrero, de seguro para entrada y salida de obreros cuando esten trabajando en la construccion de la tercera línea.
Inmediatamente se comienza a oír el ruido típico del aproche de los trenes. Llega el segundo tren, esta lleno tambien pero empujo y me meto cerca de la cabina de mando. Noto que no están las pantallas de TV; parece que no las llevaran. Noto con agrado que sobre las puertas está el esquema de la línea y debajo de cada nombre de la estación dado por la OPRET, su ubicación en calles: Cementerio, Cementera, John F. Kennedy, etc.
El tren va reventado, no cabe ni un mandao, se va quedando poca gente, hasta llegar a la estación Jose Francisco Peña Gómez en donde se queda mucha gente. Todos son villamelleros divirtiéndose con su juguete nuevo. Decido seguir hasta Mama Tingó, ahí nos quedamos todos, final del recorrido.
Atemorizado por la avalancha de gente me apresuro a cruzar la calle para salir lo más rápido posible, al entrar al vestibulo del andén de retorno: ¡oh sorpresa! Las escaleras eléctricas rotas, cristales reventados. Sólo se puede utilizar la escalera estática, logro llegar al andén más o menos rápido, tanto como para tomar el mismo tren de retorno, el cual hacía la maniobra de cambio de riel. El retorno es cómodo viene menos gente, aprovecho para mirar con más tranquilidad la pobreza de Villa Mella que desalienta, pero el paisaje sobre el río sencillamente me estremece. Aprovecho para mirar los patios y talleres, se ven bonitos, hay dos trenes que están armando.
De nuevo en la zona subterranea del recorrido, la velocidad se incrementa, el maquinista parece más diestro, hace las paradas con más suavidad y domina mejor las maniobras de acercamiento a las estaciones, no tiene mala dicción cuando anuncia las estaciones, previene al CESMET de abordo de que unos necios estan jugando con los botones de emergencia en el tercer vagón. Me dan ganas de ir yo y darle unas patadas para que aprendan a comportarse.
Ya absorto en el recorrido, de manera automática —típico de mi personalidad— me dejo llevar por el viaje, despierto en la estación Joaquín Balaguer, la cual quería ver. Tiene un pequeño mezzanine, pero conserva el diseño de las estaciones de las fases de trinchera, me agrada. Paso por las demás sin pena ni gloria; llego a La Feria y maniobro para retornar lo más rapido posible, lo hago sin tropiezos, abandono el tren donde lo tomé, subo las escaleras, hace frio en Santo Domingo a las seis de la tarde, aprovecho para jugar que estoy en otro lugar del mundo. El juego no dura mucho: de frente Máximo Gómez hacia el norte una guaga con un letrero grande de CONATRA me pone de nuevo en la realidad… hace frio pero estoy en Santo Domingo. Todo sigue igual, pero tenemos Metro.
Eres una de los pocos criollos que he notado que ha dado buena vista al Metro. Me gusta cuando las personas son justa y dicen las cosas tal como son. Desafortunadamente nuestra gente siempre buscan solo los defectos y menosprecian las obras o inversiones-sean del PLD, PRD o PRSC esos avances son del pueblo y para el publo. Yo también quiero ir dar mi recorrido y de promocionarlo para que los turistas vayan. Buen post♪♫♪