Los emplazamientos mutuos entre el PRD y el PLD presentan detalles de supuestos casos de corrupción que por su gravedad, pienso, deben ser investigados al margen de este circo de acusaciones. Sin embargo, parece que esto es lo menos importante y todo gira alrededor de quien puede señalarse el pecado más grande…y ya.
Acusaciones que en otros países hubieran causado una conmoción política y social, aquí parece que no transcienden más allá de este espectáculo de mal gusto llamado campaña, sin posibilidad de que estos casos se lleven al plano de lo legal y judicial, con el fin de determinar la veracidad o falsedad de los mismos. Esta campaña no nos suma nada y nos resta mucho. Es un círculo vicioso en que todos parecen ser cómplices de todos…sin ninguna consecuencia.
Y no solo a ese nivel. Nuestra sociedad se ha vuelto una sociedad sin castigo, por eso cada quien hace lo que le parezca, simplemente no hay consecuencias.