Aborto en la Catedral

abortoEn la imagen: Un bajante en las afueras de la Catedral en la Ciudad Colonial de Santo Domingo, reitera la posición de la Iglesia Católica sobre el aborto.

El tema del aborto dentro de la Reforma Constitucional sigue siendo noticia y pareciera dividir al país en dos, gracias a las declaraciones de políticos, la ciudadanía y de instituciones como la Iglesia Católica, que muchos aseguran, cabildea entre los congresistas para que dejen en efecto el aprobado Artículo 30 de la nueva Constitución, donde la concepción de la vida es establecida. De hecho, en las inmediaciones de la Catedral Primada de América, se ve un afiche de grandes dimensiones. «Si a la vida, desde la concepción» reza el bajante postrado en en las afueras de la catedral más antígua de América.

5 comentarios

  1. Sobre el artículo 30 se ha polemizado bastante. Las versiones a favor o en contra no pueden ser más intensas ya sea por sí mismas o por cómo se llegar a reflejar en la cara de sus respectivos oponentes.

    Algo que he notado brillar por su ausencia en el discurso (o discursos) sobre el aborto, tanto aquí como en los lugares en los que se llega a debatir, es el punto de vista «economista» del asunto. El punto de vista moral, tiene una característica que le hace tanto de ventaja como de defecto, y es que crea un ruido ensordecedor por donde quiera que pase, terminando por cegar a muchos (me refiero específicamente a la masa de gente desinformada), ante lo que en realidad, a fin de cuentas, es decir, a largo plazo, terminará siendo consecuencia natural de la decisión que se tome sobre abortar o no.

    Esa ausencia de discurso «economista», si bien no escapa de manipulaciones tanto involuntarias como voluntarias (el sólo hecho de apoyar el «derecho» de decisión de la madre, o el «respeto» a la criatura, o la «defensa» de la víctima de violación) esconde un hecho que preocupa a aquellos que sí tienden, o se ven forzados a, o no tienen otra opción de, ver las cosas de manera macroscópica. Entiéndase, los gobiernos, gobernantes, jefes de estado, etc.

    Repito lo del discurso “economista”, porque al fin y al cabo el hombre termina siendo un recurso más en esta tierra. El más importante a mi parecer, pero un recurso tanto como el agua, el aire, o el petróleo. Y como recurso se debe de gestionar, y para gestionarlo de manera eficiente hacen falta sendas dosis de economía (esa “ciencia” que busca maximizar el uso de los recursos escasos ante necesidades ilimitadas sin morir en el intento). También el hombre tiene una característica de la cual no se podrá librar jamás: la de ser un animal, un ser vivo, un mamífero como cualquier otro con la única ventaja (la mejor de todas) de que puede hablar, que a la vez también le ha sido de gran desventaja, ya que puede tender a vivir del cuento dado a que al hombre le encantan las historietas.
    Si dejamos que el ser humano de rienda suelta (sin reparos) a su instinto animal, estaríamos acostándonos con todo y con todos como los monos. A nadie le es extraño lo difícil que es frenar el deseo sexual. Y por ende, como a ojos vista vivimos en el mundo en que vivimos, es necesario alquilar una parte de la mente en la espera de un más allá celestial y junto a eso apostar gran parte de nuestro precioso recurso tiempo en crear una familia, criar unos hijos, concentrarnos en una sola pareja (maximizar el recurso: pareja, tiempo, esperma, u ovario) en vez de estar con quince a la vez (menos “quality time”, sin contar el desperdicio de esperma, etc.). Si se asegura una buena cosecha humana, se puede estar tranquilo de lograr el cambio generacional treinta años más adelante (aquí entra en juego el largo plazo).

    Pero cómo se logra domar a la menta humana a que no se distraiga de los deseos inherentes de su biología y anatomía. Por naturaleza buscamos el interés propio, el amor al prójimo se educa, no se nace con ello. Sino para qué existen las religiones. Y es en las religiones, asumo, que se cuece parte de la ecuación que asegurará ese cambio generacional, que igual se pudiera lograr sin ellas, pero me temo que costaría mucho más. Mi teoría personal y para nada probada es que sin la función de la religión, en este caso de la iglesia que aconseja a sus fieles a tener los hijos que el dios considere, es asegurarle a los gobiernos de turnos las personas necesarias que en el futuro harán el relevo obligado. Sin gente no hay vida, ni avance, ni “progreso”. Supongo que por eso es que la iglesia católica tiene tantas facilidades frente a quien quiera que se suba en la silla gubernamental. Manteniendo sus parroquias limpias de influencias comunistas, liberales, libidinosas, críticas e intelectuales (en plano opuesto a sus doctrinas), logra un aceleramiento reproductivo sustancioso con cara a un futuro de más de lo mismo pero con más seres vivos aún.

    Este tema del aborto aguanta más lucubraciones mejor expuestas que ésta que escribo para este blog. A ver quién se pone a leerla claro está. Que ya es una exageración tanto palabrerío para un comentario en un medio online.

  2. Hi everyone! I do not know where to begin but hope this place will be useful for me.
    Hope to get some assistance from you if I will have some quesitons.
    Thanks and good luck everyone! 😉

Los comentarios están cerrados.