Dame mi navidá, o te mato

Así como en diciembre llegan los doble sueldos, los puestos de dulces con manzanas guindando y los aguinaldos, en este tiempo llegan también a la República Dominicana los operativos policiales picando su navidá. Siempre ha sucedido, siempre sucederá, pero ahora han evolucionado de forma altamente preocupante. Con conos carreteros están haciendo un carril especial en las avenidas y un equipo de búsqueda compuesto por los siguientes elementos: dos uniformados con armas largas que con gesto de «si te vas te mato» custodian el punto, otro uniformado con voz de comando que va parando selectivamente a los conductores y un tercero con voz de buscón que hace las veces de cerrador.

Después de que los del cañón te amenazan con dispararte y el de la voz de comando te detiene, el tercero se te acerca con cara de buena voluntá, actitud de cercanía y aquel gesto que sólo el que pide sabe poner, te pregunta si está todo en orden —pregunta que significa de forma inequívoca saque la cartera— e insinúa que o mojas la mano o te la pone en china: uté sabe, tamo en navidá. En suma, un robo a mano armada. A mí me revisaron el sábado hasta la presión de aire en las gomas. Normalmente me niego a dar dinero en la calle, por seguridad y por convicción, pero aún más cuando soy motivado a hacerlo después de ser amenazado de muerte por aquellos que deberían estar cuidando de nosotros.

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