En la imagen: El dominicano juega mucho en bancas de lotería. ©SepttaEl anestesiólogo administró el líquido lechoso en la vía intravenosa. El coctel de drogas goteaba y sumergía a la paciente en un estado semiconsciente donde los pensamientos pasaban sin colador por la boca. La música con un ritmo ligero se escuchaba como fondo ambientador en el quirófano, mientras la paciente le susurraba a la enfermera los números de lotería.
Parece mentira, pero es verdad, los dominicanos nos gusta tanto las cosas fáciles que creemos que la forma más probable de pasar a otro status económico es a través de la lotería. Vemos números de lotería en los sueños, en las placas, en las fechas de nacimientos, y los médicos, hasta en los pacientes anestesiados.
El fin de semana pasado miles de dominicanos hacían filas para comprar un boleto que les permitiera soñar con 60 millones de pesos. Rejugándose los chelitos de la comida, un pueblo en crisis siempre encuentra con que jugar sus numeritos.
«los dominicanos nos gusta tanto las cosas fáciles que creemos que la forma más probable de pasar a otro status económico es a través de la lotería.»
Bien dicho! Estoy de acuerdo. El dominicano lo tiene todo arrevez y es una pena que nuestra educación todavía no ha podido llevarnos a pensar que la mejor inversión que podríamos hacernos es en la educación propia y del futuro de los jóvenes, y no en vicios como la lotería que solo ayudan a desilusionarlos.
Similar a está noción de que todo en la vida viene así de fácil vemos cómo la juventud norteamericana (dominicanos incluidos) también, gracias por mayor parte en la tele «real» de hoy en día, se cree que cualquier gente mundana llega a ser rico.
Es todo una triste desilusión y nuestra generación pagará por ella en un futuro cercano.