En la imágen: Un vendedor de camarones en el Barrio Chino.En otra entrada sobre nuestro caminar por el Barrio Chino, lo primero que notamos al llegar era un vendedor de camarones. Era un jóven criollo que, de manera muy inusual, vendía este crustáceo —como pregonero al fin— en bolsas de esas llamadas «de colmado», cocidas en agua. Al parecer sus ventas eran populares, pues como se ve en la imágen más arriba, el jóven fue asesiado por empleados de una tienda, locos por degustar estos camarones en su boca.