Cigarrillo: un bastoncito emocional

CigarroDe niño intenté con el cigarrillo. Esperaba que un adulto tirara al suelo una colilla y corría tras ella; quería descubrir lo que ellos le encontraban. Una vez hasta puse mi propia fábrica. Con trozos de papel periódico y hojas secas de un árbol de lechosa, preparaba unos cigarrillos que daban gusto. Hasta aprendí a tomar el humo y expulsarlo por la nariz. Un primo novato, a quien invité a fumar, se tragó el humo y casi muere de asfixia. Hasta ese día me duró el proyecto, pues la tía me delató. El tabaco me atraía de niño porque lo relacionaba con ser adulto, y después de grande, porque era un accesorio que llevaban las personas sofisticadas, como los lentes de sol: era cool.

He encontrado unas estadísticas en The Tipping Point, el libro de Malcolm Gladwell, que me han hecho cambiar de opinión. Al parecer el cigarrillo funciona como bastón para personas que de otro modo andarían cojeando, emocionalmente hablando.

A continuación los numeritos:

  • De todos los que en algún momento de su vida habían recibido algún diagnostico psiquiátrico grave, el 74% habían sido fumadores, y el 14% habían dejado el tabaco.
  • A más problemas psiquiátricos más fuerte se hace la conexión con la adicción al tabaco.
  • Cerca del 80% de los alcohólicos fuma.
  • Casi el 90% de los esquizofrénicos también fuma.
  • Los elementos que hacen más susceptibles a las personas a la adición al tabaco son precisamente: baja autoestima, vida privada infeliz o insana. Estos son los mismos elementos que contribuyen a crear una depresión.
  • Se cree que la depresión se debe, en parte, a una deficiencia en la producción en el cerebro de ciertas sustancias críticas que controlan el humor y que contribuyen a crear sentimientos de confianza, seguridad y placer. Los medicamentos como el Prozac estimulan al cerebro para que las produzca, y al parecer lo mismo hace la nicotina.
  • A los fumadores les cuesta dejar el hábito de fumar no solo porque son adictos a la nicotina, sino también porque sin ella corren el riesgo de caer en una enfermedad psiquiátrica demoledora.

Después de todo, quizás fumar no sea tan cool y quienes son adictos a la nicotina no sean personas tan sofisticadas o fuertes como había pensando, sino más débiles que el común de los mortales. Necesitan usar el bastoncito (cigarrillo) para no caerse. Quizás cuando dicen: «me das un cigarrillo», lo que están pidiendo es que le den la mano, para no caerse.

5 comentarios

  1. Muy acertado tu artículo Rafael. En mi casa mi papá fumaba y desde pequeña deteste el olor. Y eso sin tomar en cuenta los problemas de salud que conlleva.

  2. @ginnette, yo también tuve muchos fumadores cerca ―antes era más común―, y a diferencia de lo que a ti te pasaba, yo lo veía como muy atractivo.

  3. @principe mestizo, lo mismo dije yo cuando leí los numeritos… Gusto en verte.

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