El suero de Leonel

El presidente Leonel Fernández sigue innovando en cuanto a comunicación social y manejo de la cosa pública se refiere, todo con el objetivo de aumentar el valor de su figura (personaje), pues se ha venido proyectado como el padrino local, como el hombre poderoso —si se quiere sabio— al que tienes que acudir para que te resuelva tus problemas. Una mención de Leonel desde un discurso, algún gesto de deferencia (un saludo desde lejos, media sonrisa, un apretón de manos) son bienes muy preciados en el mercado local, y los mismos son utilizados por el mandatario como mercancía para el trueque político. (Saludos Lila.)

Pero su última medida ha sido la más provechosa: durante toda una semana le ha mantenido un suero puesto a la opinión pública nacional —cual paciente de dengue—, con el tema de los nombramientos. Los medios esperan la lista con ansiedad, y mientras especulan y comentan los últimos nombramientos, la figura de Leonel sigue al alza como si del barril de petróleo se tratara: a mayor demanda de nombres, más valor, y hasta prestigio, toman los cargos; y más prestancia adquiere aquel que los designa.