Llegué a las 11 y media de la noche de trabajar. La calle semi solitaria y oscura por la falta de energía eléctrica me pone «la piel de gallina». El chofer espera que abra las puertas, y se marcha luego de verificar que me encuentro segura tras las rejas de mi casa.
Adentro ya, tanteo dentro de mi cartera para sacar mi celular. La escasa luz de la pantalla del móvil me ayuda a llegar, sin tropiezos, a la cocina. Enciendo una vela y camino a mi habitación.
Mientras me visto para dormir escucho un disparo. Algunas voces lejanas parecen dar indicios de alguna pelea o atraco, quien sabe. En las últimas semanas los disparos lejanos y los atracos al amparo de la noche sin electricidad se han vuelto parte del paisaje.
De vuelta a la cocina me sirvo un vaso. En el refrigerador quedan algunos pedazos de hielo, al menos no lo beberé caliente. Mi abuela desde su habitación me ofrece los detalles del horario de apagones del día. «Amaneció con luz y se fue al mediodía. Llegó a las cinco y media y se fue a las diez de la noche», me explica.
Me voy a acostar. Durante la madrugada me despierto dos veces. El calor veraniego es insoportable, sobretodo cuando ni el aire de un abanico ayuda a apaciguarlo. Me levantó a las siete y media de la mañana. Aun no hay energía.
Trabajos pendientes en la PC, mails que revisar y enviar. Decido ir a un centro de Internet. Pagué la hora a 40 pesos. Este mes también debo pagar el servicio de Internet Flash que tengo y que casi no utilizó porque los apagones no me dejan.
La última factura que pagamos en casa por servicio eléctrico —¿o de apagones?— fue de mil 200 pesos. Alguien, por favor, me quiere dar una respuesta mínimamente creíble de esta azarosa situación.
es que el gobierno es «conciente» sobre el calentamiento global…..lol
Esa experiencia no parece haberte pasado a ti… está redactado como si el personaje central fuese una mujer, además de que según recuerdo usas Mac…
A quién citas?
@Carlos T, gracias por percatarte…. personalmente había editado el texto —que es de Argénida— pero se me había pasado poner el nombre del autor, mis disculpas.
Lo mismo pensé. No parecía escrito por un hombre ni el contexto el de Joan. Que bueno leer nuevamente a Argenida.
[…] es solamente la luz, que brilla por su ausencia, sino también el agua, que nunca llega. (Lean la nota de Argénida al respecto.) Esta situación merma aún más su economía, pues los ciudadanos se ven obligados a […]
Lo malo es que ya ni siquiera pensar en emigrar a otro lado, porque cuando la crisis de los 80’s todos nos fuimos a otra parte, pero ahora en todas partes hay crisis. Aqui en usa aunque el problema de la energia todavia no es un caos profundo, podemos notar que ya el sevicio electrico es mas caro y reducido, y estamos sufriendo los embates del crecimiento tecnologico y el crecimiento de la demanda de energia a un punto, que ya se ha hecho costumbre que la luz se empiece a ir en diferentes sectores de la ciudad de new york casi a diario.