En el programa radial El Gobierno de la Tarde están debatiendo el caso de uno de sus compañeros que fue electo vocero de la bancada de un partido político. «Opinan» sobre cómo eso podría afectar su imparcialidad. Lo que me causa más gracia es la ingenuidad de pensar que un ser humano, tan subjetivo como solemos ser los seres humanos, pueda llegar a bloquear sus propios intereses para llegar a emitir una opinión neutral. Cada uno de ellos tiene sus intereses, sus preferencias, sus colores; pedirles que los eliminen no sólo es imposible, sino, que si lo lograran, no sería un programa de «opinión». Lo que más gracia me causó fue escuchar a Víctor Gómez Bergés poner a su hijo —que trabaja en la misma emisora y es un alto dirigente político— como ejemplo.
2 comentarios
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Pero ejemplo de parcialidad fue verdad? 😛
La imparcialidad no existe.
Siempre hay escondido alguna idea que de alguna forma no dejamos escapar, pero con el tiempo hace mella.