En las elecciones que celebró ayer el partido reformista para seleccionar su candidato presidencial, sucedió algo interesantes. Supe de gente tradicionalmente antibalaguerista que fue a votar, ya sea porque le gustó la propuesta de algún candidato o porque se oponía a otro. En la República Dominicana las familias eran tradicionalmente de un partido y al momento de votar se pensaba poco en la oferta electoral, se votaba por el partido, no por el candidato o por la propuesta. Pensar en la posibilidad de que un perredeísta peñagomísta pisara un centro de votación del partido reformista balaguerísta —por ejemplo— era un pecado mayor.
En las elecciones congresionales y municipales pasadas, había tomado la decisión de no votar, pues no me interesó la oferta de ninguno de los candidatos del partido al que mi familia tradicionalmente mostró simpatía. Pero después del medio día, me levanté y fui a ejercer mi derecho, dejé a mi madre en su centro de votación y me dirigí al mío. Luego pasé a buscarla, ella votó por un candidato y yo por otro. Quizás esta nueva coyuntura sea el paso necesario para que de una vez por todas en nuestro país se deje de votar por colores y comencemos a votar por propuesta e ideas.
2 comentarios
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Eso es lo que se necesita y que la gente lo desea con ansias: propuestas, debate, proyectos a largo plazo para nuestra nación. Vamos a ver qué cosas se proyectan para las próximas elecciones. Porque para mi persona, en realidad estoy a punto de abstenerme para las elecciones generales.
Joan, otro aspecto a tomar en cuenta, es que a gran parte de nuestra gente le importan poco las propuestas, con la fundita se resuelven todas sus dudas y curiosidades.