En la política dominicana se da un fenómeno interesante, y es que todos los gobiernos, sin importar los logros de su gestión, terminan desgastados en la recta final de su ejercicio. Por eso, se ha dicho que los dominicanos somos antigobiernistas, que siempre nos vamos en contra del gobernante de turno. Me atrevo a reemplazar esta tesis por otra: nuestro país no es antigobiernista, sino, crédulo, iluso, y hasta un poco ingenuo si se quiere; pero a conciencia. Se parece a una mujer engañada que sabe de ante manos que solo recibe mentiras y maltratos, pero prefiere eso a asumir su realidad. Nuestra realidad nacional es esta: por más que pensemos que cambiará, es imposible resolver todos los problemas de esta media isla en 48 meses.
En la campaña nos creemos el listado de promesas y cuando vemos que se acaba el tiempo y no se cumplen, nos agitamos y en un arranque de desesperación buscamos otro candidato que nos prometa lo mismo nuevamente, para volver a estar tranquilos. Cualquiera que tenga en sus manos el programa de gobierno de cualquier candidato presidencial se dará cuenta de que es imposible cumplir todo lo que ahí se promete, lo saben los candidatos y lo sabemos los electores, pero nos gusta que nos ofrezcan mucho, pues así, a los tres años, tenemos unas cuantas buenas razones para quejarnos. Los programas de gobiernos son una mentira a solicitud.
2 comentarios
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Me gusta esta disertacion que expones.
Un ejemplo claro de lo que dices es el Metro de Santo Domingo, la que no aparecio ni en centros espiritistas en la campaña y de buenas a primeras es la obra mas importante del gobierno de Leonel Fernandez (segun afirman ellos) y la que se ha chupado el mayor porcentaje de los impuestos que pagamos, sin mencionar las deudas internacionales que nos esta generando.
@JuniHH, lo peor fue que cuando la ciudadanía rechazó el proyecto hicieron la pantalla de que estaba detenido mientras se evaluaban las mejores opciones, y de un momento a otro, aparece Diandino excavando en Villa Mella. 🙂