Ante la ola delictiva, la seguridad privada aumenta cada día más y a los policías les conviene más hacer su oficio para bienes privados que para el orden público. Se menciona este aspecto, pues alrededor de 10 mil policías están a costillas de particulares, así lo afirma el secretario de Interior y Policía, Franklin Almeyda Rancier. ¿Por qué el secretario no ha tomado cartas en el asunto? No sabemos, pero son preocupantes cifras que demuestran que el servicio público —al menos para nuestro lente— está en vías de extinción y se afianzaría una vez más, la era de «lo mío primero» y después lo público.
Fuente: Almomento.net