Carta pública al Tapón

Gracias a ti, tapón, el chofer saca tiempo para filosofar, eres la razón de ser de miles de agentes Amets y el tiempecito que el estudiante que va en una guagua saca para estudiar 30 minutos antes su examen de matemática. (Qué verdugo, tenía que ser de la UASD.) El limpia vidrio suda su frente y gana las monedas que le llevan su plato a la mesa, en fin que eres todo un agente de la macroeconomía que de seguro el gobierno habrá de tomar en cuenta. En ti confluyen todas las clases sociales, pues en una misma avenida en concreto se encuentra el chofer de carro publico junto al flamante Mercedes de un gran empresario, el convertible del narco más buscado de turno al cual, por cierto todos ven menos las autoridades que le buscan, y por supuesto el jeep escoltado de un ostentoso funcionario.

La radio es medio por ti

A ti, un fenómeno mundial que tiene su versión local, nosotros hemos sabido dejar nuestra impronta haciéndote tan nuestro. Espero que no se me entaponen las palabras al referirme a ti en esta epístola. Sé, tapón que has elevado tu preocupación ante la proliferación de nuevos elevados y hasta una línea adicional del metro, también sé que esperabas solidaridad por parte de figuras radiales que gracias a tu existencia han logrado construir un rating solido y nada fugaz, pero que va, ni Alvarito ni Jochy Santos han dicho nada al respecto.

Las elecciones son tu agosto

Muy contento has de estar, pues en estos modernos tiempos de campaña hasta un regidor con tres guaguas arma tremendo tapón. Muy temprano en la vida el dominicano aprende a llegar tarde pero gracias a ti, siempre tenemos una gran excusa. Mira que tan lejos vamos contigo que hasta algunos se llegan a orinar en plena presencia tuya, cosa que espero no lo hayas tomado a mal, como sé que no te lo tomas a mal cuando un Amet hace su trabajo. Has crecido mucho desde 1962 a la fecha, por aquel entonces solo había dos millones de habitantes y a con tan pocos carros eras apenas un niño. Hoy día, con una población de casi 10 millones de habitantes y tantos vehículos andando, puedo darme cuenta de cuánto has crecido. Querido tapón, ya eres todo un hombrecito.