Pan con café ¡Eso si es bueno!

Y si es en jarro, y en el campo mucho mejor, son muchos los recuerdos y momentos que visualizamos que mojan el pan junto al tradicional café. El sabor exquisito que viene de la facilidad de combinar un pan de agua con su rayita por el medio y untarlo con esa bebida estimulante matutina provoca toda una fiesta en nuestro paladar que a través de esa simpleza, le rinde culto a nuestra dominicanidad. Definitivamente no es un invento nuestro, el pan con café debe ser algo que se ha consumido en siglos, pero como lo nuestro es único y diferente, para nosotros ese habito que cada vez se hace menos es mas de nosotros que la güira y la tambora. Particularmente me lo como con mucha azúcar, me fascina oler el café recién hecho en las horas de la mañana, y si es un pan duro de esos viejitos mucho mejor así al enchumbarse de sabor produce una experiencia más placentera en su consumo.

Una combinación sabrosamente matutina

Comer pan con café es casi ir a ver al mismito Dios al cielo, visitar el paraíso con cada mordida mojada de dulce cafeína. La tradición no es de la ciudad, para nada, viene de nuestros campos, en los tiempos en que era más barato ajustarse la funda de pan con la bebida más preparada en los hogares dominicanos. Además de que el Café es una obligación en nuestro país, el comer pan también lo es, entonces era cuestión de ingenio y necesidad para que se juntaran al borde de una taza o jarro. Café con pan es un todo un símbolo que representa uno de los desayunos más representativos de nuestra cultura y quizás una de las combinaciones alimenticias más deseadas y añoradas.