¿Los Sanky pankys, un mal necesario?

Las playas dominicanas poseen a un relacionador publico por excelencia, un ente extremadamente social que se gana la vida involucrándose con decenas de mujeres, bajo el caliente sol y la refrescante playa, hablamos de los conocidísimos Sanky pankys, los buenomozos playeros que se la buscan como sea para picar o pescar en las orillas de las playas. Que sería una playa sin estos musculosos hombres que se las juegan para levantarse a las extranjeras que vienen con el deseo de conocer aun más nuestra cultura. Los sanky panky cada vez más se convierten en parte de un turismo social y sentimental dominicano con sueños de visa norteamericana y europea. Estos amenos amigos actúan como buitres, analizando el ambiente, planteándose oportunidades, y claro preparando la lengua, ya que para triunfar el inglés es primordial. El sanky panky, es la más cruda representación del avivato que quiere progresar en la vida a cuestas de terceros, se le es más cómodo enamorar a una mujer de mayor edad sacándole provecho al máximo a la relación.

Características del Sanky Panky

Los sankys, rápidamente son bastantes queridos, se venden como un tiguere tierno, con mucho verbo o labia, Ataviado de sus incalculables trencitas, unos pantalones cortos y su conocida muela atrevida y fuerte. Los sankys operan en las playas como los verdaderos amos del cortejo a mujeres provenientes de los países. El Sanky panky posee características, envidiables por muchos mortales que ni siquiera se levantan un caracol cuando asisten a los viajes a la playa. Es ágil, calculador, multicultural, y concentra los elementos físicos necesarios para que una americana o francesa se fije en él y hasta quiera llevárselo para su país. Esta esperanza, de ser desterrado y alejado de los mil y un problemas nacionales los obliga a aprender inglés, aunque sea machacado, también algunos se hacen conocedores de datos geográficos o históricos de las naciones que se encuentran de vacaciones. El Sanky es un hombre atrevido, agradable, de gran trato hacia las féminas y caballeroso. Quizás el aporte que le otorga este señor al turismo nacional es incalculable, solo con imaginar que muchas extranjeras vuelven varias veces al año solo para volver a ver a su Bobby querido.

La esperanza de que se lo lleven

Ser Sanky panky, más que una moda, o un personaje de una película, es toda una realidad en todas las playas de nuestro país. Las desigualdades económicas, la pobreza y la falta de oportunidades en los pueblos y localidades turísticas, han hecho que cientos de jóvenes, se conviertan en amantes vacacionales de muchas que nos visitan. Ven ellos en esto, un negocio fácil, de relativo poco esfuerzo y hasta con la esperanza, en algunos casos de convertir una relación fortuita, en el pasaje de ida a otros mundos. La situación empeora para muchos lugares, donde a cada año vemos como se multiplican estos personajes dominicanos, atestándose en todas partes. Ya está establecido como un gran negocio esta realidad lo que quizás por ahora es muy difícil que desaparezca, el Sanky panky vive su día a día como un trabajo que le genera inmensos frutos, por lo que siempre se preocupa por ser ese gran objeto de deseo que todas podrían querer, ya que la mercancía que no se exhibe, no se vende.