Escuchaba hace un momento a Pelegrín Castillo —uno de nuestros diputados más innovadores— alarmando, dando unas declaraciones para la televisión sobre una obra que está construyendo en el Congreso Nacional utilizando, en su mayoría, obreros haitianos. Y aunque no deja de ser muy simbólico el hecho de que se estén violando las leyes —por ley, el 80% de la empleomanía debe ser local— en el mismo lugar donde se hacen, esto es algo sumamente cotidiano, que podría responder a una de dos razones:
- El dominicano no quiere hacer ese tipo de trabajos. Para nadie es un secreto que cortar caña o echar días en la construcción son trabajos en los que el obrero dominicano evita participar. Por un lado, por la dificultad de estas tareas, y por el otro, por el ingrediente despectivo: «es trabajo de haitianos» —dicen—.
- La mano de obra haitiana es mucho más barata. Si se quiere incentivar la participación de la mano de obra local, se debería aumentar el pago, estableciendo un mínimo justo —por medio de una ley— o por lo menos controlando la participación de trabadores ilegales que distorsionan el mercado. Es imposible que el obrero local se bien pago si tiene que competir con el extranjero, que al estar ilegal en el país, trabaja en condiciones inhumanas al menor precio posible.
Creo que es totalmente válida la participación de obreros haitianos en nuestras construcciones, tan válida como la participación del dominicano en las extranjeras. Pero deben hacerlo de forma legal. Por otro lado, no me parece que la mejor solución al problema esté en «controlar el obrero», sino, en la automatización de estos trabajos y la capacitación y especialización de los nacionales.
Yo creo haber sido en el pasado un gran partidario de los haitianos y los vi como victimas por muchos años. Pero por hoy en dia estoy involucrado en el mundo de la construccion y tengo que lidear con haitianos dia a dia. Esto me ha abierto los ojos a muchas realidades antes omitidas, (cuando pensaba que eran victimas), sin embargo puedo con toda fe decir, que el haitiano es tan tiguere como un dominicano en Nueva York, que hace lo que nunca en la vida haria en su pais para buscar un par de pesos, que defiende hasta el ultimo de los centavos de su sueldo, que hasta en ocaciones se escuda detras de la barrera del lenguaje para cobrar 70 cuando acordaron 60, que sale volando cuando escucha palabras como «camiona» o «migracion» y que se ponen nerviosos cada ves que ven a alguien con un uniforme de algun cuerpo castrence aunque sea del cuerpo de bomberos del Cercado, San Juan de la Maguana.
El Dominicano y el haitiano son muy similares y ninguno de los dos se deja engañar nisiquiera por un peso.
@Tomas, entiendo lo que dices, lo mismo me han expresado muchos constructores. Eso de ver como victima al haitiano es algo lamentable, pues ni les ayuda a ellos ni a nosotros. También he conocido tantos haitianos buenos como malos, y unos pocos muy mal agradecidos.
Me permito diferir de ti abiertamente @Rafael, pero no creo que sea lamentable el hecho de que los veamos con pena, muchos haitianos utilizan ese pena para aprovecharse. Yo he decidido tratar a los que me rodean haitianos, gringos, holandeces, finlandeces o camboyanos de la misma manera que trato a un dominicano!! le regateare de la misma forma hasta llegar a la expresion maxima del mercadeo… la mutua satisfaccion de las partes mediante un mutuo acuerdo.
Saludos @Tomás. No dije «verlos con pena», sino, «verlos como victimas». Con esto me refiero a pensar que siempre se les está maltratando, robando o desconsiderando, pues no es así. Aunque si se ha dado el caso de ladrones que llaman «la camiona» el día del pago, esa no es la generalidad: el haitiano aquí es bien pago, tomando en cuenta su capacidad productiva en su país, si así no fuera, no vinieran. Lo mismo se podría decir del dominicano que trabaja en factorías en USA, no recibe un sueldo de ejecutivo, pero tomando en cuenta su capacidad productiva aquí, él se siente conforme. Seguimos conversando.
[…] como socios comerciales, y no como enemigos. Ellos consumen nuestros productos y nos facilitan mano de obra. Mientras mejor funcione Haití (gobierno, infraestructura, economía), mejor funcionaremos […]