¿Más de lo mismo?

Leonel FernándezEn la imágen: Más allá del éxito conseguido en estos comicios, a Leonel Fernández le puede llegar un tiempo de tempestad política dentro de las filas de su partido, del cual es presidente. ©Yahoo/Reuters

Ya cumplidos los pronósticos, Leonel Fernández encabeza el gobierno dominicano por tercera vez, y por primera vez de manera consecutiva. ¿Sería este un gobierno diferente?

Las promesas de Fernández se han centrado, más allá de los resultados tangibles de su gobierno, en crear la percepción de que su permanencia en la dirección del Estado es la única garantía de estabilidad.

Alejado de las premisas ideológicas del fundador de su partido, el profesor Juan Bosh, el presidente Fernández ha adoptado una posición más parecida al ex presidente Joaquín Balaguer, antagonista político de Bosh y quien en 1996 apoyo a Fernández en su candidatura con el propósito de coartarle el paso al entonces candidato del PRD, José Francisco Peña Gómez.

Más allá de la visión de progreso de su gobierno, sustentada sobre todo en la infraestructura, con su mayor logró en el tan alabado como repudiado Metro de Santo Domingo, y sus afanes de mantener la estabilidad macroeconómica, Leonel Fernández continua con las practicas de asistencialismo social y propaganda mediática que lo presenta como «El Mesías político dominicano».

La inversión en salud y educación no han sido su fuerte. El cacareado Sistema de Seguridad Social aun sigue siendo una panacea, sólo mostrando avances en la parte en que deja mayores dividendos para la minoría: en el sistema de pensiones.

Los escándalos relacionados con manejos poco claros de fondos públicos también han sido parte de su gestión, igual que en su primer gobierno (1996-2000). Aunque, claro, esta particularidad también ha sido joya de otros gobiernos, tanto del PRD como del Partido Reformista Social Cristiano.

[Puntos positivos]
Sin lugar a dudas la estabilidad macroeconómica, lo que ha permitido mantener un ambiente de tranquilidad para la inversión, además de un manejo efectivo de las recaudaciones. Sin embargo, los beneficios obtenidos no han sido invertidos de manera eficiente, dando propiedad a coyunturas políticas y económicas sin resultados a largo plazo.

Es poco probable que este modelo cambie en este próximo gobierno con una situación externa de crisis alimentaria y de costo del petróleo, en la cual, si los calculos no fallan, la administración de Fernández tratará de continuar con los paliativos de costumbre.

Eso si, ya ganada la reelección, a Fernández le espera un tiempo de tempestad política dentro de las filas de su partido, del cual es presidente. Su alianza con más de una decena de pequeños partidos y de ex reformistas complicará la situación interna cuando, después de obtenedia la presidencia, se inicie la lucha de intereses por la parte del pastel estatal que cada cual sienta debe tener.

A estos se le sumará los celos frente a estas exigencias de los miembros del partido oficial, quienes lucharan por no sentirse desplazados por los «recién llegados».

Argénida Romero es periodista y colaboradora de Duarte101. Pueden encontrar más información sobre ella en su blog personal.

Un comentario

  1. Definitivamente con toda esa recogida de «dirigentes» de otros partidos, ahora es que se verá el buscame lo mio en grandes dimensiones.

Los comentarios están cerrados.