Pequeña Venecia

Hoy al medio día llovió, y cuando esto sucede, Santo Domingo se convierte en una pequeña Venecia. Todos los carros, como si fueran canoas, avanzan a 20 KM/H, y lo que no podía faltar, un quedao en el elevado de la 27. En medio del tapón me puse a cambiar las emisoras del radio a ver que encontraba. Casualmente, un vocero de no se cual candidato ofrecía que si su abanderado ganaba las primarias, el alcantarillado de Santo Domingo estaría en su programa de gobierno. Aunque me pareció curiosa —o muy oportunista— la oferta del vocero, no me la creí. Es muy difícil que nuestros políticos inviertan en cosas que no se ven, como son las alcantarillas, pues el dominicano vota con la barriga y con los ojos.