Al final, van examinar nuevamente a más de 800 estudiantes que fueron implicados en un caso de «acciones fraudulentas» durante las pasadas Pruebas Nacionales. No deja de sorprenderme el hecho de que tal acción —copiar un examen— haya causado tanto alboroto, pues en los años que tengo pisando un aula (en colegios, liceos, universidades e institutos y hasta seminarios bíblicos) esto ha sido lo más común. Es tan común, que el copiarse ha dejado de ser fraude —perdió el matiz moral que antes tenía— y se ha convertido en una batalla abierta entre profesores y alumnos en el que cada grupo desarrolla tácticas y herramientas para vencer al contrario.
El copión es un héroe
Antes, el que copiaba era un engañador, y se le refutaba, ahora, el que copia es celebrado, mientras más ingenioso el método, mucho más. Son tantas las anécdotas que podría contar al respecto que un artículo no da, pero cito algunas: el estudiante que se tragó el chivo para eliminar la prueba, el otro que le pidió a la profesora que si le quitaba el examen tendría que devolverle los dos pesos que pagó por la copia, la estudiante que se escribió el chivo en el ruedo del vestido y los otros que utilizaban calculadoras con memoria, versión esta de chivo electrónico que se parece a la acusación que menciono. ¡Pero también he visto maestro haciendo lo mismo en talleres de especialización!
Parece un abuso
Mi punto no es que copiar este bien, sino, que el fraude en las aulas es tan común, que sorprende el revuelo que ha causado el caso en cuestión. Pero si a fraude vamos, el mismo es tan común en nuestro país y a tantos niveles, que las medidas contra los estudiantes parecieron abusivas. Que a un estudiante, por copiarse el examen lo manden a repetir el año, equivaldría a que a un conductor le quiten la licencia por comerse la luz roja del semáforo o que destituyan al funcionario que prometió y no cumplió. Por lo común del caso, parece un soberano abuso.
Yo no sé si los 800 copiaron o no copiaron, pero de algo sí estoy totalmente seguro: el fraude nos ha invadido. Está en el gobierno, está en los negocios, está en la iglesia, está en la familia, está en los deportes y está en la escuela. Nos ha invadido a un punto tal, que cometerlo causa risa, combatirlo causa gracia y escribir al respecto parece moralina. Si el gobernante, el hombre de negocios, el sacerdote o pastor, el padre y hasta el maestro participan, ¿quien le pone el cascabel al estudiante?
Lo que mas indignacion a causado no ha sido el Fraude en si como método de pasar de curso, sino que los que vendieron y negociaron con semejante fraude haya salido de las raices mismas de la SEE, sino se entiende esto, entonces no se que mas decir. Tu post muy bueno y como estudiantes muchos estarán de acuerdo con el mismo.
Pero la realidad es diferente: Estudiantes que armaron deudas y hasta empeñaron tenis por conseguir dos mil pesos para asegurar pasar las Pruebas Nacionales con un negocio que empezó con los tecnicos y seguro otros mas estuvieron involucrados internamente de la SEE Es lo que mas alarma a los medios. Es irrelevante si reciben las pruebas en los centros y los profesores que saben que los muchachos no están preparados las pasan y bueno eso se ha visto desde el principio de los tiempos. Pero ¿Salir de la misma institucion que garantiza transparencia y legitimidad de las pruebas!? He ahí donde está el gancho de los medios y mas de los q
@M.H. Y que sean estas mismas personas, quienes vendieron las pruebas, no sean perseguidas. Como dices, la fuga viene de la misma tubería y no se quiere tapar.
Yo no entiendo por que tanto alboroto on esto por q TOTAAAL siempre se dice de una for o de la otra Y Melanio cree q ahora se va a cava el mundo por eso yo me acuerdo q cuando coji las pruebas en ocatvo me la dijeron todas y ahora igual asi q hagan lo q hagan SIEMPRE HAY ALGUNA FORMA DE HACER FRAUDE!