El «cáncer» del Distrito Nacional

taponesEn la imagen: Uno de los males del Gran Santo Domingo es la pobre planificación para resolver no de inmediato, sino a largo plazo, el tránsito público y privado. ©Enedina Pereyra

Lo que era antes Santo Domingo y ahora divido en una serie de municipios y un Distrito Nacional, el tema del tránsito ha convertido en un gran dolor de cabeza durante décadas entre los que vivimos en este punto de la República Dominicana, los dirigentes municipales y aquellos gobernantes de alta categoría.

Aún con los avances implementando pasos a desnivel, el alto tráfico de todos los días parece espuma desbordante en una jarra de refresco. ¿Se solucionará este problem de toda la vida? Recomendamos un artículo del periódico Hoy al respecto:

Se han celebrado decenas de seminarios, talleres, charlas, reuniones, se han hecho promesas y se han invertido cuantiosos recursos en estudios sobre el problema. Pero no hay, aparentemente, soluciones a corto o mediano plazo. La multiplicidad de instituciones dificulta lo que parece sencillo: planificar, organizar, regular y controlar el monstruo del tránsito en la capital.

Más: El caótico tránsito de Santo Domingo | Periódico Hoy

3 comentarios

  1. Otro elemento que incluyo en mi teoría personal de la conspiración. En primer lugar no me parece lógico que el problema de los entaponamientos se resuelva con un precio de la gasolina tan fluctuante.

    A un precio fijo, y alto digamos, el ser humano (el dominicano para los fines) comenzará a adaptarse al mismo y si bien al inicio no dejará de usar su vehículo a corto plazo, al largo empezará a buscar otras maneras de ahorrar en gasolina. Es la ley de oferta y demanda y su correspondiente elasticidad.

    Ahora bien, a largo plazo no conviene para fines de reucadación que el dominicano ahorre en gasolina puesto que sería menos dinero para las arcas oscuras del estado (nadie sabe como se manejan dichos fondos, pero de seguro que son muchos fondos).

    Entonces, con un precio de la gasolina fluctuante, al subir de sopetón 7 pesos, ó 4, o aunque sea 1, el dominicano empezará a apretarse el cinturón, pero como lo que se necesita es que se consuma gasolina a alto precio, entonces tenemos a Amet en las calles ocasionando tapones que provocan un gasto de gasolina extra por estar detenidos en alguna que otra intersección. Es forzar el gasto, manipular la demanda con su consecuente resultado.

    Lo interesante de todo esto es que se ha creado toda una cultura del entaponamiento que ha dado como resultado cosas tan interesantes como el surgimiento de pantallas de televisión gigantes en las intersecciones importantes (supongo que intentarán transmitir hasta juegos y noticias con audio via bluetooth etc.), y una explosión de programas radiales dada el tiempo que permanecemos encerrados en el atasco. Sin contar las ventas ambulantes de celulares, skimice, perros, y niños.

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