¿AMET trabajando?

AMETEn la imagen: Oficiales de AMET hacen campañas de prevención, parando vehículos como esta motocicleta, en espacios a desnivel, prohibidos para éstos. ©Diario Libre

Para ningún dominicano que viva en nuestra media isla le es desconocido las famosas campañas de prevención que realiza la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET). En esas campañas incautan motores a quienes no tengan sus papeles al día o les faltan los cascos de protección, ponen multas a personas hablando por celular, a quienes no hacen uso de los cinturones de seguridad, así como de vehículos estacionados sobre las aceras.

Todo eso está muy bien si los agentes se aseguraran de que las leyes se respeten SIEMPRE y no solo en las mencionadas campañas. Debido a esto es natural ver como cualquier agente -o un grupo de ellos juntos- permiten que los «delivery» suban sobre las aceras a velocidades impronunciables para saltarse semáforos o vías contrarias.

Hoy parece que organizaron una de esas campañas en los alrededores de la oficina donde trabajo. Un compañero de labores tenía su auto estacionado sobre la acera debido a que el estacionamiento es pequeño y siempre está colmado con los autos de los jefes. Una grua de la AMET sin «ton ni son» comenzó a subir el auto a la grua.

La recepcionista alertó a mi compañero, quien llegó un poco tarde porque para entonces ya el auto estaba sobre la grua. El encargado de la grua explicando algunas cosas, teminó «tirándosele» a mi amigo por nada más y nada menos que… RD$1,000.00. Cuando este nos comentó lo sucedido, de primera mano entendí que sería el pago de alguna multa, que si mal no recuerdo requiere un proceso que termina en el Banreservas, pero no. De hecho, ni siquiera el AMET entregó recibo de la transacción.

Creí que ese tipo de situaciones estaban erradicadas, pero así fueron las cosas. Lamentablemente el AMET no mostraba identificación visualmente clara y mucho menos mi amigo le pidió identificarse, cosa de la que él pudo tener todo el derecho.

Otro ejemplo claro de las necesidades que tienen los empleados de muchas instituciones públicas, en este caso los cuerpos castrenses, para que nuestros «queridos» congresistas se peleen como chiquillos dizque porque unos ganan unos miles de pesos más que otros.