La discriminación de la sociedad ante un aspecto, o ser diferente de cualquier persona es un mal que desde siglos la misma humanidad está combatiendo: sea desde el aspecto religioso, cultural o moral de cada individuo. En un caso en específico, la persona que es homosexual en esta media isla, es bastante difícil. La mala imagen que muchos dominicanos tenemos de estas personas es gracias a lo que recibimos de las comedias televisivas o del cine y ni hablar de lo que se plasma en la prensa.
Por eso admiro el trabajo que el periodista José Rafael Sosa está emprendiendo. Está documentando las labores de grupos sociales en favor de los homosexuales, con talleres de prevención del VIH, labores educativas, etc. Y aunque el tema homosexual está en los periódicos más importantes de la isla, por mencionar un ejemplo, la búsqueda de un protagonismo para relucir no es la prioridad en este grupo de personas. Cito un párrafo del mismo periodista para más luz del tema:
Los homosexuales no se creen ni mejores ni peores que nadie y su dinámica se encuentra ahora en la lucha por un trato justo, de modo que no se les niegue el derecho a trabajar como cualquier otra persona en cualquier función para la que estén capacitados.