El nuevo revolucionario dominicano


No tiene muchos ideales y dice que nada mejorará —es pesimista—, pero les sobran las camisetas de marca con serigrafías cool : la cara del Ché, la barba de Fidel, Vote for Pedro, una malapalabra o el tagline del momento. Conócelo, es el nuevo revolucionario dominicano. Usa pulseras guatemaltecas, gorro jamaiquino y gusta de la canción de protesta, la cual puede combinar sin problemas en el interior de su Ipod Nano con reggaeton y mambo violento. Nunca ha escuchado hablar sobre los 7 días con el pueblo (Sonia Silvestre, Víctor Víctor, Claudio Cohén, Cuco Valoy, Johnny Ventura, Mercedes Sosa, Ana Belén, Víctor Manuel, Los Guaraguaos, Alí Primera, Noel Incola y Silvio Rodríguez), pero conoce de pi’ a pa’ Live 8 (U2, Elton John, Madonna, Robbie Williams). Disfruta más defender las causas globales, donde su capacidad de acción está limitada por la lejanía, que las locales, que sí están al alcance de su mano.

Para él es poco cool colgarse en el pecho un icono local. Amin Abel tiene lentes de botella, parece medio nerdo—dice uno—; y Caamaño se parece a mi papá, por eso tampoco lo uso —dice otro—. El problema del nuevo revolucionario dominicano no es que le falten las pancartas, las consignas o el espacio para protestar, sino la ausencia de verdaderas causas. No protesta por necesidad, sino por capricho, o por ta’ en la cosa.
Vivir la experiencia
Veía tres amigas protestar —ya no recuerdo por cual motivo— en el paseo de la Churchill. Supe que eran amigas porque todas vestían del mismo modo, pero con colores diferentes: azul, rosado y verde. Combinaban sus blusas Zara, sus tenis Puma y jeans Levi’s. Tenían la piel rozagante y cara de miedo, al parecer atarse a un árbol era el mayor acto subversivo —después de la pijamada del día anterior— en que habían participado en su vida. Cuando terminó la protesta, dejaron la soga en el piso, cruzaron la avenida y entraron a Acrópolis a ver los que mostraban las vitrinas después del cambio de temporada. Creyeron sentir lo mismo que los expedicionarios del 14 de Junio cuando llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal. Algún día se lo contarán a sus hijos.
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Retratas lo que muchos creemos de los que, en esta media isla, se hacen llamar revolucionarios. Y de aquellos que con sus acciones, persiguen un fin similar.
La reverdia es una moda que muchos jovenes suelen perseguir.
Con esto no descalifico ciertas personas con criterio que logran entneder lo que persiguen con sus actos (los he visto solo en libros y aun tengo la espernza que existan en la vida real)
¿Azul, rosado y verde? Las amigas eran las Chicas Superpoderosas!!
Jejeje. @Alexander, al parecer eran ellas.
@A52, no lo dudes, hay gente en medio nuestro que de verdad lucha por causas nobles, pero la verdad es que cansa ver tanto pichón de revolucionario.
Ya no hay luchadores de la patria. Si hay algunos intentos es por pura moda.
@Lala, quizás sí, quizás sí.
Es que ya no quedan de esos Rafael, esos murieron mirando hacia el norte.
Good stuff.
Guao Rafael!, muy bueno!!!
Se ha confundido la causa!, crees que escuchar a Silvio fue la moda pasada, y protestar con razón es algo cursi.
Creo que ya no existen lo de antes.
Exelente!!
@Alex, @drlacxos, sigo pensando que quizás sí, quizás queden. Puede ser que las causas o el momento no sean los mismos, pero creo que hay nuevas gentes y nuevas causas.
Algún dia se lo contarán a sus hijos… claro! jeje
Este es uno de los mejores escritos que he leido en mucho tiempo.
Aaaah la decadencia ideológica… esos que dicen tener ideales revolucionarios y socialistas, mas sin embargo se encierran en la añoranza de “aquello tiempos…” en los que existían los “verdaderos hombres revolucionarios…”. Creo que el sistema de dominación ha hecho muy bien su papel de desarticulador de movimientos sociales, pues si bien es cierto que esta cultura capitalista ha cooptado el término ‘revolucionario/a’, convirtiéndolo en estereotipo de consumismo masivo, también muchos adquieren la cómoda postura de decir que ya no existen ese tipo de ‘luchadores de la patria’, y que ‘todos murieron mirando hacia el norte’. Somos seres humanos como todos esos insignes personajes, y por lo tanto con potencial para convertirnos en sujetos de transformación social. Pero para eso se necesita creer fervientemente en una ideología, y no solo creerla, sino también defenderla y lucharla. Y organizarse, claro está, porque somos sociedad, y solos no vamos a lograr mucho. Está en nuestras manos escribir nuestra historia, pues como dijo el Ché: “Somos con historia, somos por la historia y no a pesar de ella”. Y aunque no lo crean, si existen personas con esos ideales, y con una manera de accionar no precisamente igual a la del ‘nuevo revolucionario dominicano’.
Saludos @Melvyn, gracias por el piropo. Seguimos conversando.
Saludos @Vero. Pretender vivir instalados en el sueño eterno es el remedido de los holgazanes. Se lamentan por tiempos dorados que supuestamente tuvimos, pero no hacen nada por mejorar nuestras condiciones actuales.
Aunque entre hoy a este post (casi dos meses despues de que fue publicado) me encantó!!! y es que retrata algo que vemos en las calles todos los dias!!! jovenes con camisetas del Ché y ni saben bien quien era, que alaban la revolucion cubana y no soportarian ir a Cuba ni de vacaciones, pero no los culpo, solo tratan de ser diferentes haciendo lo mismo que los demas (que paradógico no?) pero como decimos popularmente “pa’ que le coja con tirar piedras…”
Muy buen articulo! Gracias al autor por compartirlo con nosotros. De la misma manera, a mi me toco vivir una experiencia similar. Hace unos meses fui invitada por un conocido a una fiesta y cuando llegue alli me encontre con un grupo de jovencitos quienes celebraban la gran hazana del dia. Segun me contaron llenos de orgullo, recien llegaban de una protesta en la Churchill. Ellos se denominaban “tree huggers”. Pero cuidado con llamarlos “abraza arboles” – la traduccion literal al Espanol del termino – porque ellos eran ‘tree huggers’, en Ingles.
Fue entonces cuando se me ocurrio sugerirles que si esas eran sus preocupaciones, seria mucho mas efectivo irse a las montana del interior del pais a sembrar arboles. Los chicos, un grupo de alrededor de 13, quedaron en total shock. Un enorme silencio reino en el lugar mientras sus caras se pintaban de espanto. Yo tambien me asuste pues a juzgar por sus rostros cualquiera habria pensado que dije una malapalabra. Por fin una chica rompio el silencio con un espontaneo: “!Ay, y meter mi jeepeta en esos montes?”
Ahora, a pesar de personajes como esos, nosotros los que en verdad sentimos un deber social, estamos en la obligacion de organizarnos y procurar que esos ideales no sean pisoteados. No son necesarias nuevas causas, esas, lamentablemente, siguen y seguiran ahi.
Uno puede ser una persona activa en su sociedad sin tener que amarrarse a un arbol, simplemente se trata de cumplir con nuestras propias exigencias. Por ejemplo, si usted aborrece la corrupcion, no pague a los empleados publicos por una ‘ayudita extra’, no le robe el lugar a otro en la fila, etc. Hay muchas cosas que se pueden hacer para construir un mejor pais, no solo es tirar piedras, amarrarse a una cruz, a un arbol, o hacer ruido en la via publica (aunque debo admitir que en muchas ocasiones no ha quedado otra opcion). Nuevamente, gracias por el articulo.
El Nuevo revolucionario dominicano (Artículo del 2007) — http://d101.cc/7bp ^RP #fb
Me recuerda Canción en Harapos de Silvio RT @Duarte101: El Nuevo revolucionario dominicano (Artículo del 2007) — http://d101.cc/7bp ^RP
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He visto directores de registro que pasan materias por besos y alumnas que consiguen puntos enseñando el borde de la falda. He fotocopiado chivos grandes para hacerlos pequeños, me he escrito chivos en la ropa y el pupitre, también guardé formulas en las tapas de las calculadores marca Casio.
Es uno de los más bonitos y atendidos de la ciudad. Su fuente, por otro lado, es una de las pocas que aún tienen agua limpia y funcionan.
Majin es uno de los muchos niños que se la buscan limpiando zapatos. Tiene un buen punto y clientela justo en la salida de la Estación Joaquín Balaguer del Metro de Santo Domingo.
Pocos juguetes reflejan tanta dominicanidad como este Fu-Fu o Riki-Riki ―el nombre cambia según la zona del país en que hayas crecido― y pocos producen tanta diversión a tan bajo precio.
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